El Arte, como cualquier otro proceso cultural, es básicamente un proceso de transmisión, de transferencia, de dialogo continuo, permanente y necesario. En ocasiones olvidamos que este proceso implica trasgresión, ruptura, ironía, parodia, usurpación, confrontación, investigación, exploración, interrogación, contestación y por supuesto, también apropiación. La práctica de la apropiación se ha convertido en una parte fundamental de muchas actividades culturales creativas y forman parte de una larga tradición bien documentada en la historia del Arte.

Desde hace algún tiempo mi trabajo ha ido desarrollándose en el ámbito auto referencial de la Historia del Arte y el Arte Contemporáneo. Con series como “Nadando con David Hockney”, donde artistas como Marcel Dupchamp, Picasso, Beuys, Warhol, Hockney etc. Nadaban alegres en una piscina, o “el milagro de Bas Jan Ader” cuerpos desnudos dormitaban en el fondo de mosaicos turquesas, que desarrollé mediante electrografías, fotocopias, fotografías digitales y pintura. Otras series de fotografías como “Good Morning mister Jasper Johns” donde los cuerpos se amontonaban sobre una bandera americana, O la instalación “El día que Arcimboldo me invitó a Comer”(realizado conjuntamente con Rocío López Zarandieta), becada por la Fundación Joan Miró.

En esta fase donde me encuentro ahora, son los grandes clásicos de la Historia del Arte los que centran mi atención, mis grandes maestros como Durero, Rubens, Velázquez, Leonardo Da Vinci, etc. son ahora los referentes de mi mirada, en cierto modo son habitantes de una isla, un nuevo lugar de descanso y reflexión, donde poder caminar desnudos, donde poder contemplar bailando desnuda y sin pudor a Madame Leblanc de Ingres o tomar el sol la mismísima Gioconda con su amigo Juan de Pareja, donde esperan las amantes de Leonardo y Ludovico o se divierten como recién casados el matrimonio Arnolfini.

Para el proyecto Harán Crecer del Todo Aún el Blanco, he recurrido a grandes obras de la Historia el Arte donde el ropaje y la voluptuosidad de la vestimenta fueran fundamentales en la composición, para darles la vuelta y despojarlos de toda prenda exceptuando sombreros o tocados, utilizando como única vestimenta un maquillaje blanco que pinta sus cuerpos desde la cabeza a los pies, y todo el fondo blanco, que confiere a la obra un gran carácter unificador y un cierto sentido de contemporaneidad pura y virginal. Artistas como Van Dyck, Giovanni Battista Moroni, Hans Holbein el joven, Johannes Vermeer, Agnolo Boncino o Jan Van Eyck , han sido el “blanco” de mi obra. El blanco es también metáfora de lo pictórico, la ansiedad de la creación y el miedo al lienzo en blanco.

Convirtiendo al artista en una suerte de Capitán Acap en busca de la ballena blanca, que es la creación pura, donde se une búsqueda y sufrimiento, sentimiento de pasiones y autodestrucción. Utilizando pinceles o píxeles en vez de arpones y estudios o talleres en el lugar del Pequod.

Por supuesto hay en todo ello, "Una muestra entre la ironía y la veneración" y un claro homenaje a la pintura.

El matrimonio Arnolfini, de Eyck.

Antea de Parmigianino

Los embajadores de Holbeim.

Caballero Rosa de Moroni.

Bambatti de Moroni.

Dama Genovesa de Van Dick

La lechera de Vermeer.